L' economía circular llega al cultivo de olivo para dar una segunda vida a los subproductos. La industria agroalimentaria del aceite produce muchos residuos que deben ser tratados correctamente para evitar la contaminación del entorno. Estos residuos, obtenidos de todo el procesamiento de la aceituna para obtener el aceite de oliva, tienen un gran potencial para volver a ser utilizados como materia prima en distintos sectores. Esta reutilización de los residuos es la base de la economía circular.

Economía circular en la producción del aceite de oliva

Siguiendo un enfoque de economía circular, en ECOPROLIVE se obtienen hasta cinco productos naturales que conservan los polifenoles (con propiedades antioxidantes) y otros compuestos activos de la oliva. Estos productos se rigen bajo la filosofía de residuo cero, ya que se utilizan tecnologías verdes tales como la extracción por fluidos supercríticos y el aprovechamiento del hueso de aceituna para posteriores usos. Todo el proceso es respetuoso con el medio ambiente, maximizando el potencial de la materia prima y garantizando la sostenibilidad de todo el sistema productivo.

El principal objetivo del cultivo de olivo es la producción en grandes cantidades de aceitunas con la mayor calidad posible para la fabricación de aceite de oliva. En los olivares ecológicos, su gestión y cultivo respeta los árboles y su terreno, utilizando abonos naturales y respetando los ciclos de regeneración naturales del ecosistema.

L' economía circular trata de producir bienes y servicios que aprovechen todos los recursos al mismo tiempo que se reduce el consumo de materias primas, el agua y otras fuentes de energía. Su modelo se basa en la extracción, producción, consumo y reintroducción en el ciclo de consumo, promoviendo la optimización de los materiales y sus residuos de manera que se alargue su vida útil en todo lo posible y se minimicen los costes ambientales.​

Productos novedosos, naturales y muy saludables

Aplicando nociones de economía circular, ECOPROLIVE ha desarrollado cinco tipos de productos que optimizan la forma de tratar y aprovechar la oliva:

• Aceites de Oliva Virgen Extra de oliva deshuesada ricos en Polifenoles, son el resultado de la recolección de las aceitunas con propiedades más saludables en base a su variedad y el tiempo de recogida. Su deshuesado evita todo tipo de filtrados y diferentes procesos como la oxidación en el proceso de extracción del aceite, garantizando una pureza óptima.
• Fibre d'olive prébiotique rica en Polifenoles, hierro, fibra dietética y proteína vegetal. Es un superalimento natural 100 % ecológico, apto para veganos y celíacos.
• Extracto de Oliva 100 % natural, concentrado en Escualeno y utilizado en la cosmética para aprovechar los beneficios anti-envejecimiento del aceite de oliva.
• Condimentos de Oliva que incorporan PreBIOfenol en su formulación, aportando un toque de sabor mediterráneo a las recetas y equilibrando el valor nutricional con antioxidantes, hierro, fibra prebiótica y proteínas.
• Collations aux olives Olibar, la barrita de oliva en formato dulce y salada con PreBIOfenol y aceite de oliva virgen extra.

Los mejores aceites de oliva comparten algunas características comunes que permiten distinguirlos de los demás. La calidad de las aceitunas y los procedimientos utilizados para obtenerlo son aspectos fundamentales, pero no los únicos, como se verá a continuación.

¿Cómo elegir bien?

Una de las claves es leer cuidadosamente las etiquetas. Puede parecer obvio, pero en muchas ocasiones se pasa por alto la información que contienen, que es de suma importancia. No basta con que figure “aceite de oliva virgen extra” o “AOVE”. Debe mencionarse que se haya obtenido de una primera extracción en frío a temperatura inferior a 27 grados centígrados, y no mediante prensado.

Otros términos utilizados con frecuencia

En algunas etiquetas, es posible encontrar que es virgen, pero no extra, o solo pone aceite de oliva, sin más especificación. En otros casos, el producto se describe como “suave” o “intenso”, o está mezclado con otros aceites, como el de girasol. Estos productos no figuraron nunca entre los mejores aceites de oliva.

Fecha de embotellado

Aunque la venta esté legalmente permitida, lo mejor es comprar aceites que no lleven más de un año embotellados. Los que superen ese tiempo quizá estarán en buenas condiciones, pero puede que hayan perdido algo de su sabor y aroma.

Envase y almacenaje

Este tipo de producto es muy sensible a la luz, al aire y al calor, que producen cambios en su composición y en sus propiedades organolépticas. Las botellas deben ser opacas, y jamás hay que comprarse un aceite en envase transparente, o cuyas condiciones de transporte y almacenaje sean dudosas.

Picor en la garganta

Si se prueba el aceite de oliva, enseguida produce una sensación de picor en la garganta. Esta es una señal para reconocer un buen aceite, y depende del contenido de polifenoles. Estas sustancias son pigmentos vegetales de la aceituna que pasan al aceite durante la extracción. Tienen propiedades antioxidantes naturales, razón por la que son responsables de los efectos positivos para la salud.

Si el aceite no pica significa que ha sido refinado o que no se ha extraído mediante procedimientos mecánicos. La falta de esta sensación al probarlo indica, entonces, que es de baja calidad.

Cualidades organolépticas

En un aceite de oliva de buena calidad predominan los sabores picantes, que se perciben en toda la boca, y los amargos, que se sienten en la lengua. El frutado es un conjunto de sensaciones que evoca frutos sanos y frescos, y también es un buen indicador. La armonía de estas impresiones es una característica positiva en relación con la calidad.

Los mejores aceites son perfectos para cualquier tipo de preparación culinaria, porque proporcionan su sabor y aroma. Los de gran calidad, además contienen polifenoles, una garantía de buena salud.

Son innegables las extraordinarias propiedades nutricionales que tiene el aceite de oliva virgen extra. Su alto contenido en ácidos grasos, minerales, vitaminas y polifenoles lo convierten en un producto saludable que aporta grandes beneficios para nuestra salud.

El oro líquido, como se le nombre igualmente, es un ingrediente clave de la dieta mediterránea. Entre sus múltiples beneficios se encuentra su capacidad para proteger y contribuir a nuestra salud cardiovascular, su poderosa acción antioxidante, sus propiedades antibacterianas, y los beneficios que brinda como equilibrante alimenticio.

Además, hay estudios que demuestran que el consumo de aceite de oliva ayuda a prevenir enfermedades como la artritis, el cáncer, la diabetes tipo II, el Alzheimer y la depresión. Por tanto, es un producto natural que favorece la prolongación de la esperanza de vida.

¿Por qué elegir un aceite de calidad virgen extra?

Porque, entre los diferentes tipos de aceite de oliva, es el que contiene mayores propiedades nutricionales. Es el aceite que se extrae de las aceitunas, a partir de un proceso de prensado y que no es tratado mecánica ni químicamente. Por tanto, es un aceite puro que conserva todo el contenido nutricional intacto.

Nutrientes presentes en el aceite de oliva

El aceite de oliva es un producto rico en nutrientes esenciales que nuestro organismo no es capaz de producir por sí mismo. Y como todos los alimentos, está compuesto por macronutrientes y micronutrientes.

Macronutrientes

Se denominan macronutrientes a los nutrientes que nuestro organismo necesita en mayor cantidad. Uno de los macronutrientes más importantes es la grasa, fundamental para el correcto funcionamiento del sistema cardiovascular y cerebral humano. Está, además, ayuda a asimilar otros tipos de nutrientes y favorece todo nuestro metabolismo.

El aceite de oliva, considerado la grasa más sana del mundo, contiene varios tipos de ácidos grasos: saturados, insaturados, monoinsaturados y poliinsaturados, todos ellos con importantes beneficios para nuestra salud, gracias a su capacidad para neutralizar los radicales libres.

Entre los ácidos grasos monosaturados que contiene se encuentran los Omega 3, 6 y 9, indispensables para el funcionamiento de muchas de las funciones fisiológicas humanas.

Micronutrientes

Respecto a los micronutrientes, aquellos nutrientes que nuestro cuerpo necesita en menor cantidad, están presentes vitaminas esenciales como las vitaminas A, E y K, esta última fundamental para nuestro desarrollo óseo y muscular. Además, contiene minerales como calcio, potasio, hierro y sodio, beneficiosos para el sistema nervioso y el control de la presión arterial.

Otros de los nutrientes que contiene el aceite de oliva son los polifenoles, que constituyen un compuesto de origen vegetal muy beneficioso para la salud. Estos tienen propiedades

Hay estudios que señalan los orígenes religiosos del pan con aceite de oliva. A través de la historia, el pan siempre ha sido considerado un alimento básico, símbolo de comunión, convivencia e intercambio. Su combinación con un producto autóctono de la región mediterránea como es el aceite de oliva estuvo llamada a reforzar su significado, añadiendo un plus de hospitalidad, autenticidad y paz.

Una combinación que además se explica desde el punto de vista médico. El consumo del aceite de oliva ayuda a ralentizar el pico glucémico que produce la ingestión del pan. Además, el pan juega el papel de vehículo de las excelentes propiedades del aceite.

Sin embargo, la teoría más extendida es que ubica el nacimiento de esta tradición en la necesaria prueba del aceite de oliva de la última cosecha antes de comercializarlo o consumirlo. Una costumbre que hoy se mantiene viva en ferias y establecimientos dedicados a la comercialización y el consumo de este oro líquido.

Beneficios que nos aporta el pan con aceite de oliva

El pan con aceite de oliva es una tradición milenaria con la que además de disfrutar de una de las delicias de la dieta mediterránea, podrás beneficiarte de todas las propiedades y beneficios que ofrecen sus ingredientes:

1. Mejorar la salud cardiovascular

Se ha demostrado que los ácidos grasos presentes en el aceite de oliva favorecen la salud de las arterias y el corazón, especialmente controlando el aumento del LDL o colesterol malo. Además, es una combinación que nos aporta Vitamina E, necesaria para regular la presión arterial y prevenir la aterosclerosis.

2. Combate la depresión

Los polifenoles presentes en el aceite de oliva tienen propiedades antiinflamatorios, aumentan las endorfinas y contribuyen a aumentar nuestra sensación de bienestar. Además, ayuda a optimizar nuestro sistema cardiaco y frena la oxidación de las células.

3. Desintoxica el hígado

Gracias a los antioxidantes y la vitamina E presentes en el aceite de oliva, comenzar el día combinándolo con pan, nos ayuda a desintoxicar la vesícula biliar y el hígado. Son dos componentes que favorecen la optimización de la función hepática, favoreciendo su labor depurativa.

4. Facilita la digestión y evita el estreñimiento

El consumo de pan con aceite de oliva mejora nuestra actividad intestinal al reducir las secreciones ácidas y actuando como un laxante suave.

El pan con aceite de oliva virgen extra es una tradición con una historia milenaria que hoy en día se mantiene viva. Una combinación que simboliza la unión de dos productos básicos en la dieta mediterránea y la ofrenda de una alimentación rica, autóctona y saludable.

¿Qué son los prebióticos?

Cada vez, se oye hablar con mayor frecuencia de los prebióticos. Sin embargo, aún existe mucha confusión acerca de qué son los prebióticos, cuáles son realmente sus propiedades y cuándo son necesarios o no. Además, a menudo se confunden con los probióticos. A continuación, se aclararán mejor estos conceptos.

Los prebióticos

Los prebióticos son macronutrientes que se encuentran en los alimentos y son, frecuentemente, hidratos de carbono complejos que son difíciles de digerir para los humanos. A pesar de eso, alimentan a las bacterias de la flora bacteriana intestinal, como las bifidobacterias y lactobacilos, y favorecen su multiplicación.

La diferencia entre prebióticos y probióticos

Los probióticos son los alimentos que directamente contienen bacterias saludables para la salud. Es decir, los probióticos son seres vivos, normalmente bacterias, mientras que los prebióticos son los macronutrientes que los nutren y son, básicamente, fibras alimentarias.

Es importante saber esto, ya que los probióticos no están recomendados a todo el mundo. Sin embargo, los efectos de ambos en una persona sana son los mismos: fortalecer la microbiota intestinal. Los prebióticos porque la alimentan y los probióticos porque directamente aumentan su población.

Algunos alimentos con prebióticos son la cebolla, ajo, alcachofa, salvado de trigo, plátanos, puerros, espárragos, diente de león, etc. También se encuentran en la leche materna y en muchas frutas y verduras.

Por su parte, los alimentos con probióticos son el yogur, kéfir, col fermentada, miso, pepinos agridulces, kombucha, vinagre de manzana, chocolate negro, soja fermentada, alga espirulina y otras microalgas.

¿Qué hace que un alimento sea prebiótico?

En realidad, no es todo un alimento prebiótico, sino los nutrientes o compuestos que lo forman. Algunos de ellos son la inulina, los fructoligosacárido (FOS), galactoligosacáridos (GOS) y lactulosa.

Propiedades de los prebióticos

Como se ha visto, tomar prebióticos no conlleva riesgos, incluso, aunque no sea necesario aprovechar sus cualidades. Lo mejor es incluirlos en la dieta diaria para prevenir enfermedades. Sus beneficios para la salud son:

• Previenen el estreñimiento y la diarrea: la microbiota intestinal mejora la digestión.
• Aporta minerales a los huesos: favorecen la absorción de minerales como el calcio.
• Disminuye la tensión arterial y el colesterol plasmático: limitan la absorción de sustancias como el colesterol
• Reduce las posibilidades de sufrir cáncer colorrectal, gracias a favorecer la digestión.
• Minimiza el riesgo de padecer síndrome de colon irritable y enfermedad de Crohn.

Síntomas de carencia de prebióticos

No se debería esperar a tener síntomas de su carencia, ya que, como se ha visto, funcionan previniendo ciertas dolencias. Algunos de los síntomas en estados carenciales son:

• Molestias digestivas como diarrea, estreñimiento o flatulencias, de forma continuada y sin tener otras causas.
• Sistema inmunitario debilitado: la persona frecuentemente tiene infecciones diversas.
• Problemas de absorción: esto provoca falta de ciertas vitaminas o minerales.

De todas maneras, no se deben tomar tampoco en exceso. Si, al tomarlos, aparecen molestias como gases o diarrea, puede ocurrir que se estén tomando demasiados prebióticos.

Saber qué son los prebióticos y los alimentos que los tienen, permite tomar mejores decisiones al alimentarse o recurrir a los suplementos, lo que beneficia a la salud y al bienestar.

El aceite de oliva ha sido el producto estrella de la dieta mediterránea desde miles de año. El clima cálido de la región favorece el cultivo de este fruto con miles de propiedades saludables. Virgen o virgen extra, filtrado o no filtrado… el aceite de oliva es el zumo que se obtiene de esta fruta, y su sabor a veces picante e intenso, a veces suave y frutado, lo convierte en un aderezo ideal para cualquier plato.

Rico en compuestos fenólicos, el aceite de oliva forma parte de estos pocos alimentos que no caducan. Por eso no tiene la mención de “fecha de caducidad”, sino de “fecha de consumo preferente” ya que, después de cierto tiempo, el aceite pierde sus beneficios para la salud. Es posible que alguna vez haya abierto su botella de aceite y, al probarlo, tenga un sabor rancio y desagradable. Eso no presenta un riesgo especial para la salud, pero para evitarlo y conservar este oro líquido el mayor tiempo posible, os ofrecemos unas recomendaciones de conservación.

¿Cómo conservar el aceite de oliva?

Cuidado con el calor – mantener a temperatura constante

La temperatura ideal para conservar el aceite de oliva está entre 18 y 24 grados. Entonces, no es recomendable no dejar la botella en la encimera de la cocina. Es muy importante alejarla de fuentes de calor ya que se puede deteriorar la textura del aceite por la evaporación de los alcoholes naturalmente presentes en el líquido. Se altera también su composición química, por lo que pierde sus propiedades saludables.

Las temperaturas bajas, al contrario, no tienen un impacto negativo. Sin embargo, se pueden formar algunas partículas sólidas blancas cuando el aceite se congela. Estas se derretirán cuando el aceite esté a una temperatura ambiente estable.

El sol no es su amigo – mantener alejado de la luz

Los rayos del sol favorecen la oxidación del aceite, por lo que es muy importante conservar la botella en un lugar oscuro o con muy poca luz, como un armario, por ejemplo.

Aquella es también la razón por la que muchos aceites vienen en botellas de cristal oscurecidas o en latas.

Su peor enemigo, el aire – siempre bien cerrar el tapón de la botella

Aunque el aceite de oliva tiene un alto contenido en antioxidantes naturales, es importante bien cerrar el envase después de cada uso para evitar que se oxide y se vuelva rancio.

Por otra parte, se aconseja el uso de una aceitera para un consumo diario y dejar el otro en su envase original para que se conserve en buen estado más tiempo.

Mantener lejos de olores fuertes

El aceite tiene la particularidad de absorber los olores fuertes, lo que puede alterar considerablemente su sabor y olor original. Por ello, es recomendable alejarlo de los alimentos que desprendan olores intensos.

¿Caduca el aceite de oliva?

El aceite de oliva es uno de los pocos alimentos que no tiene fecha de caducidad, sino una fecha de consumo preferente, fecha a partir de la cual empieza a perder sus propiedades beneficiosas. Además, si no está bien conservado, se pueden desarrollar sabores rancios que hacen que ya no sea agradable a la degustación.

De manera general, el aceite mantiene sus propiedades saludables entre un año y medio y dos años según la variedad de la aceituna. Un aceite de oliva virgen extra puede llegar a durar hasta tres años sin perder ninguna de sus características.

No sólo las condiciones de conservación afectan a la duración de vida del aceite, sino también las variedades que se haya utilizado para su elaboración. Aquellas variedades con mayor cantidad de polifenoles, como la cornicabra o la picual, hacen que la vida útil de aceite se alargue.

¿Qué son los polifenoles?

Se conocen como polifenoles a una serie de compuestos naturales que se originan, fundamentalmente, en las plantas, y que contienen una gran cantidad de sustancias con poder antioxidante. Por ello, el consumo de las frutas y verduras que presentan abundancia en este sentido las convierte en alimentos que previenen las enfermedades cardiovasculares.

Según los datos que publica periódicamente la Organización Mundial de la Salud, sabemos que la principal causa de muerte a escala mundial continúa siendo las enfermedades cardiovasculares.

Diferentes estudios científicos, como el de la Dra. E. Valencia – Avilés de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, han sido muy claros. De este modo, han probado que el consumo de compuestos polifenólicos, presentes en dietas ricas en alimentos de origen vegetal, ayudan a mejorar la salud y a disminuir la incidencia de las enfermedades del sistema circulatorio tanto en hombres como en mujeres.

¿Cuáles son sus propiedades?

Su principal propiedad es regular la actividad enzimática presente en las células que participan en el metabolismo óxido reductor.

Sus efectos beneficiosos se deben principalmente a sus propiedades antioxidantes que, justamente, evitan la oxidación en nuestro organismo de sustancias que pueden ser nocivas para la salud, como, por ejemplo, los lípidos de baja densidad (LDL, por sus siglas en inglés). Estos se corresponden con Low Density Lipoprotein. Al LDL se le conoce también como colesterol malo.

Los beneficios que proporciona el consumo de sustancias polifenólicas al ser humano pueden resumirse en:

• Protección de las paredes internas de los vasos sanguíneos en personas con enfermedades cardíacas o diabéticas. Se evita la formación de placas ateromatosas, que disminuyen la luz de los vasos sanguíneos y que, en caso de desprenderse, pueden ocasionar embolias o trombosis.
• Poseen una función altamente antialérgica.
• También proporcionan un efecto antiinflamatorio a nuestro organismo.
• Al permitir que los vasos sanguíneos se mantengan sin obstrucciones y, por lo tanto, que la sangre circule con normalidad, cumpliendo todas sus funciones, también ayudan en la prevención de enfermedades degenerativas del cerebro.
• Su consumo ayuda a prevenir la aparición de algunos tipos de cáncer.
• También se ha demostrado que algunos tipos, como los contenidos en el chocolate y otros derivados del cacao, muestran ciertos efectos en la reparación del daño gástrico y hepático en pacientes con adicción alcohólica, en la estabilización de los glóbulos rojos, en la disminución de cataratas diabéticas y otros procesos inflamatorios.

¿En qué alimentos se encuentran?

Hay muchos tipos de polifenoles, por lo que la lista es larga y no todos sirven para lo mismo, pero todos son beneficiosos. Como se ha mencionado anteriormente, son sustancias de origen vegetal y los encontramos en:

• Frutos del bosque, como los arándanos y las moras.
• Uvas de todas clases y, por tal razón, también en el vino tinto.
• Manzanas de todas las clases.
• Té verde.
• Chocolate, con mayores concentraciones en el negro que en las otras variedades.
• Aceite de oliva virgen.
• Cacahuetes.
• Cebollas.
• Soja y todos sus derivados.
• Lino y todos sus derivados.

Todos estos alimentos de origen vegetal que se encuentran fácilmente ayudarán a prevenir molestias y enfermedades inflamatorias o cardiovasculares.

¿Qué es el buen colesterol (HDL)?

Antes de definir el HDL, es preciso tener una idea de lo que es el colesterol.

El colesterol es una sustancia de aspecto similar a la grasa que se produce en el organismo, más precisamente, en el hígado. Pero también se encuentra presente en algunos alimentos de origen animal que penetran en el cuerpo mediante la dieta, como son la carne y los lácteos.

L' elevada presencia de colesterol en el torrente sanguíneo puede ocasionar diversas enfermedades cardiovasculares, siendo la más habitual la enfermedad arterial coronaria.

El buen colesterol, también conocido como colesterol bueno (o HDL, por sus siglas en inglés, que se corresponden a High Density Lipoprotein) es la sustancia encargada de capturar el colesterol malo que circula libre en la sangre. De esta forma, lo transporta hasta las células hepáticas, donde será metabolizado y excretado del organismo.

Diferencia con el colesterol malo

La diferencia entre ambos colesteroles se encuentra, básicamente, en la densidad molecular de las lipoproteínas y en el efecto que cada una de estas tiene sobre el organismo humano.

Las lipoproteínas de baja densidad del colesterol malo o LDL facilitan que este se adhiera a las paredes internas de los vasos sanguíneos, reduciendo su diámetro de paulatinamente. Una persona con hábitos poco saludables que incluyan el consumo de alimentos ricos en LDL puede conseguir que sus vasos sanguíneos se taponen totalmente y sufrir diversas enfermedades cardíacas y cardiovasculares.

En cambio, las lipoproteínas de alta densidad o HDL tienen la función de capturar las partículas de colesterol malo que circulan libres por la sangre, encapsulándolas y conduciéndolas hasta las células hepáticas, donde serán biotransformadas para su posterior excreción.

Para evitar elevados niveles de LDL en nuestra sangre, es aconsejable:

• No fumar.
• Hacer ejercicio.
• Mantener un peso saludable.
• Una dieta sana que incluya alimentos que contengan HDL.

Alimentos donde encontrar HDL

Son muchos los alimentos que contienen colesterol bueno, pero los más conocidos son:

• Pescado azul, como la sardina, el salmón, el atún, la trucha, el jurel, etc.
• Uva y frutas del bosque, como los arándanos y las moras.
• Aceitunas y aguacates.
• Aceite de oliva virgen.
• Frutos secos al natural.

En general, una dieta balanceada que incluya una gran variedad de alimentos de origen vegetal será siempre adecuada para combatir el colesterol malo.

No obstante, se debe remarcar que una dieta con altos niveles de HDL no siempre asegura niveles bajos de LDL en la sangre. En este sentido, en caso de padecer colesterol malo, siempre es recomendable visitar al especialista para que este paute un tratamiento personalizado.

Con más de diez años de experiencia, en ECOPROLIVE nos especializamos en desarrollar productos naturales que tienen su origen en la aceituna y que conservan los polifenoles y otros compuestos activos de este fruto. Así, ayudamos a los consumidores a eliminar toxinas y reducir el estrés oxidativo del organismo con la finalidad de promover una cultura alimentaria sana que ayude en la prevención del desarrollo de enfermedades de tipo cardiovascular, neoplásicas y otras condiciones de riesgo vascular y procesos inflamatorios.